mandag 7. november 2011

Crisis y fascismo en Europa: y España ¿qué?

No me resisto a traducir la entrada que he escrito hoy en mi blogg noruego, aunque sé que puede levantar ampollas entre algunos de mis lectores (o, a lo mejor, porque sé que puede levantar ampollas...).


Muchas veces hemos comparado la crisis económica que vivimos con la que empezó en 1929. Una de las consecuencias de aquella crisis fue el florecimiento del fascismo en Europa. Hoy, Inga Marte Thorkildsen, parlamentaria noruega del SV (el partido en el que yo milito), saca a colación el riesgo que existe de que el las ideas de ultraderecha suban en popularidad en los países del Sur de Europa más afectados por la crisis. No hay ninguna duda de que el riesgo de que estas corrientes políticas aumente en estos tiempos de crisis. Y yo considero que ese peligro es muy especial en España.


España experimenta la crisis de una forma que afecta a una porcentaje muy alto de la población: el aumento del paro. Los datos de la EPA publicados hace unos días no dejan lugar a dudas: hoy hay casi 5 millones de españoles desempleados, aproximadamente un 21,5 % de la población activa. Más de 1,4 millones de hogares españoles tienen a todos sus miembros en el paro. Más del 40 % de los jóvenes por debajo de los 25 años ni estudian, ni trabajan.
Por si esto fuera poco, esto se experimenta justo después de haber vivido unos años de crecimiento económico que trajeron consigo un aumento de la inmigración. No cabe duda de que  la mezcla "crisis + aumento de la inmigración" es el caldo de cultivo ideal para las ideas de extrema derecha.




Pero hay todavía un factor que coloca a España en una posición muy especial en esta problemática: en España no existe un partido significativo de extrema derecha. En la transición de la dictadura a la democracia, los fascistas no consiguieron montar una estructura de partido con fuerza suficiente, y hoy no encontramos en España fuerzas políticas al estilo del Frente Nacional de Francia o del Partido de la Libertad de Austria. ¿Significa esto que no existe la extrema derecha en España? Por supuesto que no. De hecho, lo que se podría interpretar como una ventaja, paradojas, puede llegar a ser un gran problema para la sociedad española.
Existen informes del CÏS que demuestran que aproximadamente el 90 % de aquellos que se identifican con ideas de extrema derecha votan al PP. Quiere esto decir que están incluidos en el partido que seguramente va a ganar las elecciones en España, posiblemente con mayoría absoluta...

No voy a cometer la demagogia de decir que el Partido Popular es un partido de extrema derecha. Pero los cálculos muestran que entre 2 y 3 millones de los votos que el PP va a conseguir el 20 de noviembre, vienen de este medio. Y son votos de los que el PP no puede prescindir si quieren ganar las elecciones. Es por esto que el PP tiene que mantener un equilibrio difícil: tiene que llegar a posiciones de centro para poder ganar las elecciones, pero, al mismo tiempo, tiene que alimentar políticamente a esos 3 millones de votantes. En una situación de crisis, este equilibrio puede ser un juego muy peligroso.




En las pasadas elecciones municipales, tuvimos la situación de Badalona como principal ejemplo: el PP ganó allí las elecciones con un candidato a la alcaldía que difundió mensajes xenofobos durante toda la campaña. Un vistazo a los periódicos que apoyan al PP nos basta para darnos cuenta de que se está radicalizando el debate político y social de la derecha en España. No cabe ninguna duda de que los elementos de la extrema derecha española están cada vez más activos.

3 kommentarer:

  1. Un tema tan apasionante como resbaloso! Espero que la panorama no sea tan negra como la pintas aquí, pero concuerdo en que hay dificultades grandes.

    Lo primero que habría que matizar es el número de parados. Entra la economía negra (una parte enorme de la economía espanish) en estas estadísticas? Me inclino a pensar que no...

    Luego los inmigrantes. Sí, durante el apogeo del milagro made in Espain vinieron a punta pala, pero cuando el barco se hunde los primeros que huyen son las ratas ajenas: los extranjeros se van de España, yo el primero (sé que no cumplo con el típico perfil de inmigrante, pero también mis amigos americanos -de norte, centro, sur- y africanos se han ido o se están yendo).

    Y quizá no sea del todo malo que los ultraderechistas sean absorbidos por el PP. Es incómodo el hecho de que hay que hacerles caso, pero nada más democrático. Además, forzosamente se tienen que dejar "gobernar" por los demás votantes del PP, ya que no dejan de ser una minoría.

    Por lo que concierne al radicalización del debate político, en España siempre se habla mucho y se hace poco...

    Más preocupante me parece el velado debate político que hay en Noruega: pueblo resignado y sufrido, que no protesta más que pasivamente. Pero, como bien dijo Unamuno: con tales pueblos hay que andarse con cuidado. La ira de los mansos es la más terrible.

    Prueba de ello tuvo lugar en verano, y los medios de comunicación están breivikeando hasta la fecha.

    No trago la demagogia del llamado "Partido Obispal" y no creo que son los que levantan al país tras el despilfarro de Felipe o de ZP. Creo sencillamente que España es un país que quiso recobrar su posición prominente demasiado rápido y ahora tiene que pagar. No "trabajando más" (como dice Angelita), pero trabajar mejor y arrancar de raíz la mala hierba burocrática.

    Creo que estamos ante un Thatcherismo español, no un Hitlerismo (como parece pensar el autor de este blog?), aunque hay que estar de ojo. El deseo de orden y ley es natural cuando la ociosidad de la gente adopta medidas violentas (no todos se comportan tan bien como el chico lacasitos), pero está claro que hay que seguir la evolución política en España críticamente. Pienso sobre todo en la educación, si es cierto lo que dicen los compañeros profesores en Madrid.

    La xenofobia es, por su parte, más bien un velo. Los extranjeros históricamente han sido los que han levantado al país: primero los romanos, luego los semitas, en tiempos más recientes los bolivianos y ecuatorianos. Y a qué precio? El problema de España siempre han sido los españoles, que son a su vez, drenaje: mezcla de sangre serrana con moro, judío y gitano.

    Quiza por eso mismo se sintió la necesidad de limpiar la sangre a hierro y fuego. En tiempos de los Reyes Católicos se adoptó una invención francesa llamada la inquisición. Espero que no se vuelva a ver hacia Francia, donde sí tenemos una ultraderecha.

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  2. No, Kåre. No he incluido la economía sumergida en las encuentas (en España se habla de algo más del 20 %), porque eso tampoco es una solución a la larga: con la economía sumergida no te puedes pagar una hipoteca, no tienes derecho a pensión, a subsidio de desempleo si la actividad se acaba, ...

    Por supuesto, no es deseable que en España hubiese un partido de ultraderecha sólo porque sí. La única ventaja, y es el punto que quiero marcar en mi artículo, es que así, al menos, se podrían poner cifras claras sobre las ideas de ultraderecha y éstas no se difuminarían en las estructuras del PP.

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  3. Hola Rafael. He llegado a su blog por un RT de Alberto Garzón y me parece muy interesante.
    Respecto a la economía sumergida, en mi caso me han dicho que no me pueden contratar hasta enero, si sale lo que la empresa espera, porque sólo tienen lo que llamamos chapucillas. La empresa factura por esas chapucillas pero evidentemente no puede contratarme para eso. Conclusión: sigo cobrando unos 950€ del paro más un extra de un par de chapucillas personales para llegar a fin de mes. En mi caso, al menos, es un asunto de supervivencia.
    Respecto a lo de extrema derecha, algo parecido pasa en Alemania y no tienen demasiados problemas. En Francia se tubieron que aliar los conservadores con los socialistas tras el aumento de la extrema derecha. El problema es que el PP se distancia de lo que podemos llamar democracia cristiana para tender al republicanismo más radical de los USA, mientras que los liberales más moderados se sienten bastante identificados con el PSOE. En la izquierda solo quedaría IU, a quien se tiene por un partido comunista radical y peligroso. En realidad el compás lo marca el neoliberalismo. Jesús Gómez en el blog La Insignia dice "resulta paradójico que la izquierda política se haya convertido en la única fuerza que defiende realmente el status quo; con la particularidad de que hoy defiende lo que el capital defendió ayer, mañana defenderá lo que el capital defiende hoy y pasado defenderá lo que el capital defienda mañana". Le recomiendo el artículo:
    http://jesusgomez.lainsignia.org/Submundo/307/la-revolucion-de-los-cangrejos

    Saludos.

    Hugo.

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